La respuesta fue la sostenibilidad. Tanto Mears como Ruth llevaban mucho tiempo interesados en estudiar el impacto del diseño más allá de la estética. Observaron que muchas de las conversaciones sobre cuestiones ambientales en la arquitectura estaban dominadas por el uso de energía y la reducción de carbono. Los diseñadores de interiores, por otro lado, estaban pensando en la calidad del aire en el inside, donde la gente pasa la mayor parte de su tiempo. Pero pocos otros en el mundo del diseño estaban prestando atención. «¿Dónde está la exposición [to harmful chemicals] en el transcurso de su vida? » pregunta Ruth. «Es por las cosas con las que vivimos».
En 2015, los dos recibieron una subvención para estudiar el uso de materiales de construcción en viviendas asequibles. Su investigación inicial encontró que varios factores, incluida la proximidad a los sitios industriales, las limitaciones presupuestarias y las limitaciones de tiempo, significaban que los residentes a menudo sufrían una exposición excesiva a entornos insalubres.
«Los materiales utilizados en el inside de viviendas asequibles [projects] son a menudo los materiales de construcción menos costosos, que normalmente contienen los ingredientes más dañinos ”, explica Ruth. Estos productos comunes incluyen aislamiento de espuma en aerosol de dos partes, que puede afectar negativamente la tiroides, el desarrollo del sistema nervioso y otras funciones corporales; alfombra que contiene PFAS repelente de manchas; y otros productos derivados de la petroquímica. Mears y Ruth se dieron cuenta de que hacer que los materiales más saludables fueran accesibles para los diseñadores que trabajan en proyectos de bajo costo podría tener un efecto dominó en toda la industria.
El problema principal, como lo veían, period la falta de información accesible sobre qué son los materiales saludables y dónde los diseñadores y arquitectos pueden encontrarlos.
“Mucho de lo que hacemos tiene que ver con la educación y la conciencia”, cube Mears. Ruth y Mears señalan que no existe un estándar único para juzgar la salud materials. Más bien, es una confluencia de consideraciones —cómo se fabrica, distribuye, utiliza y desecha un producto, para empezar— lo que determina si consideran que un producto es saludable. Ruth cube que un truco consiste en pensar en la creación de productos como los alimentos: cuanto más corta sea la lista de ingredientes, mejor.
«Si ves un ingrediente y no puedes pronunciarlo, probablemente tampoco quieras vivir con él».
Esta nota fue traducida al español y editada para disfrute de la comunidad Hispana a partir de esta Fuente